Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información

 

 

EL ARTE DE LA ESTRATEGIA

-???-


Lie Zi

Pensamiento de Oriente > China

El Lie Zi es una de las tres obras fundamentales del taoísmo filosófico, junto con las más conocidas de Lao Tse y Zhuang Tse. Es atribuido a Lie Yukou (Lie Zi), a quien se considera un personaje legendario.

El texto fue inscrito en la librería imperial con el nombre de Tratado de la Perfecta Vacuidad. Generalmente es considerada la más práctica de las obras taoístas principales, frente al más filosófico Tao Te King o al más poético Libro de Zhuang Tse.

DEMASIADOS SENDEROS


Un vecino de Yang Zi, que había perdido una
oveja, mandó a todos sus hombres a buscarla y le pidió al sirviente de Yang Zi que se uniera a ellos.

- ¡Qué! - exclamó Yang Zi -. ¿Necesita Ud. a todos estos hombres para encontrar una oveja?

- Son muchos los senderos que puede haber seguido - explicó el vecino. Cuando regresaron, Yang Zi preguntó al vecino:

- Bueno, ¿encontraron la oveja?

Este contestó que no. Entonces Yang Zi preguntó por qué habían fracasado.

- Hay demasiados senderos - respondió el vecino -. Un sendero conduce a otro, y no supimos cuál tomar; así es que regresamos.

Yang Zi se quedó hondamente pensativo. Permaneció silencioso largo tiempo y no sonrió en todo el día.

Sus discípulos estaban sorprendidos.

- Una oveja es una nadería - dijeron -, y ésta no era ni siquiera suya. ¿Por qué tiene Ud. que dejar de hablar y sonreír?

Yang Zi no respondió, y sus discípulos se llenaron de perplejidad. Uno de ellos, Mengsun Yang, fue a contarle a Xindu Zi lo que ocurría.

- Cuando hay demasiados senderos - dijo Xindu Zi -, un hombre no puede encontrar su oveja. Cuando un estudiante se dedica a demasiadas cosas, malgasta su tiempo y pierde su ruta. Usted es discípulo de Yang Zi y aprende de él; sin embargo, parece que no ha llegado a comprenderle nada. ¡Qué lástima!

EL OBSEQUIO DE LAS PALOMAS



Era costumbre en Handan cazar palomas para regalarlas al príncipe el día de Año Nuevo. Esto agradaba tanto al soberano que repartía valiosas recompensas. Alguien le preguntó la razón de esta costumbre.

- El día de Año Nuevo dejo las palomas en libertad para demostrar mi bondad - contestó el príncipe.

- Como sus súbditos saben que Ud. necesita palomas para libertarlas, todos se dedican a cazarlas - comentó el otro -. Y el resultado es que al cazarlas, mueren muchas. Si Ud. realmente quiere salvarlas, es mejor que prohíba su caza. Tal como están las cosas, Ud. las caza para libertarlas y su bondad no puede reparar el daño que ocasiona.

El príncipe asintió.


EL HOMBRE QUE NO VIO A NADIE



Había una vez un hombre en el Reino de Qi que tenía sed de oro. Una mañana se vistió con elegancia y se fue a la plaza. Apenas llegó al puesto del comerciante en oro, se apoderó de una pieza y se escabulló.

El oficial que lo aprehendió le preguntó:

- ¿Por qué robo el oro en presencia de tanta gente?

- Cuando tomé el oro - contestó -, no vi a nadie. No vi más que el oro.

LA HOJA DE JADE

Un hombre de Song talló en jade, para su soberano, una hoja de moral. Tres años tardó en completar su trabajo. Los bordes y la punta de la hoja, así como su tallo y nervadura, estaban trabajados con tal perfección y minuciosidad que si la hoja se mezclaba entre verdaderas hojas de moral era imposible distinguirla. En adelante, este hombre gracias a su habilidad, vivió a expensas del estado de Song. Cuando el maestro Lie Zi se enteró del caso, dijo: "Si el cielo y la tierra, en su producción de los seres, necesitaran tres años para terminar una hoja, muy escasos serían los seres dotados de hojas. Ésa es la razón por la que el hombre verdadero se basa en el principio transformador del Tao y no en la sabiduría y la habilidad".

TAMBIÉN LE PUEDE INTERESAR:


-???- | -???-