Como besar bien
Y debes cepillar tus dientes por las mañanas y por las noches y después de cada comida si es posible. Es mejor beber mucha agua pura en lugar de bebidas gaseosas (para tener una mejor salud y mejor dentadura), el café mancha la dentadura y deja mal aliento. Si tienes una cita con una mujer y vais a comer juntos, después de comer ve al baño y limpia tu dentadura y asegúrate de no tener nada de comida entre los dientes. Las enzimas de la cavidad bucal pueden causar que la comida se descomponga y provocar mal aliento, sobre todo con la carne. Ten siempre a la mano algunas pastillas de menta para los dos. Las pastillas de menta son mejores que el chicle porque estas se disuelven y el chicle te puede estorbar para dar tu primer beso.
¿Te gustaría besar a alguien con labios resecos, agrietados y duros? ¡Pues ellas tampoco! Así es que manteen tus labios en buenas condiciones. Ten contigo todo el tiempo algo de crema para los labios y conserva tus labios suaves y humectados. ¡No tires de la piel reseca de tus labios, eso solo empeorara las cosas!
Ahora que tienes tus dientes limpios y el aliento fresco hablemos de las técnicas para besar.
"Se quedará sin respiración. Gemirá y se desmayará porque la sangre huirá de su cabeza y correrá desbocada por todas las venas de su cuerpo. Entonces será incapaz de pensar o razonar".
¿Demasiado para un simple contacto bucal? No tanto, si nos atenemos a la realidad biológica de un beso bien dado entre personas que tengan química sexual y sientan ese escalofrío que algunos llaman amor.
Según los expertos, si hay comunión mental y la suficiente atracción física en el beso, el alud de procesos químicos que se suceden provoca una auténtica conmoción en el organismo. El efecto es tan abrumador que, según algunos biólogos, podría compararse a una sobredosis de anfetaminas.
Veamos el proceso: durante un beso de alta intensidad aumentan los niveles de dopamina (sustancia asociada con la sensación de bienestar) y de testosterona (hormona asociada al deseo sexual), y las glándulas adrenales segregan adrenalina y noradrenalina, que aumentan la presión arterial y la frecuencia cardiaca.
A la vez, la glándula pituitaria, situada en la base del cerebro, libera oxitocina, mágica hormona que, además de hacernos sentir como flotando, dicen que ha ayudado bastante a la perpetuación de la especie humana. El cóctel resultante es una experiencia tan turbadora que, para muchos, supera al propio acto sexual.
En esta era de sexo al primer encuentro, el problema del beso es que la mayoría de la gente lo ve como un precalentamiento, y no le dedica la atención y el cuidado que se merece.
“Cuando estoy besando a una chica suelo susurrarle al oído “te voy a poner los pelos de punta”. Entonces me inclino sobre ella y le beso levemente la nuca, con mucha suavidad. Si le gusta, le aprieto firmemente la espalda (sin romperla, hombre). Es que en la espalda hay una serie de terminaciones nerviosas que ponen la piel de gallina. Si no funciona, olvídala, es que no le gustas”. Héctor LoveMachine, actor porno
Según Tomima Edmark, autor de “El libro de los besos”, los que no saben besar no saben lo que se pierden. Porque los que han vivido la experiencia hasta sus últimas consecuencias comprenden que detrás del beso se esconde la verdadera pasión. Según el autor, estas serían las cinco premisas para ese beso estremecedor:
1. Selecciona a la persona adecuada (por aquello de la comunión física y mental).
2. Elige un lugar propicio (privado mejor que público; silencioso mejor que ruidoso).
3. Escoge el momento oportuno (sin más distracción que el latir de los corazones).
4. Ve despacio y empieza con suavidad. Establece contacto visual con tu pareja porque los ojos te proporcionarán valiosísima información acerca de cómo se siente. Si los ojos no se encuentran, es aviso de retirada.
5. Inclínate hasta que tus labios y los de tu pareja se toquen levemente. Luego, déjate llevar, siempre teniendo en cuenta las sensaciones del otro. Después de todo, el arte de besar es algo que debe saborearse, no aprenderse.
Como besar bien
David D. Coleman, autotitulado experto en besos y autor de libros al respecto, señala que "muchos hombres son demasiado agresivos, ásperos, precipitados e incultos cuando besan. No conocen las cuatro “pes”: paciencia, pasión, parsimonia y presión adecuada, por lo que dejan pasar gran parte del placer. Además, ponen demasiado énfasis en el beso francés (con lengua incluida), y se lanzan a él con demasiada rapidez.
Los auténticos expertos son más sofisticados, y procuran no distraer la atención de su pareja o dar, burdamente, la impresión de que el beso es una formalidad para llegar a algo más". Otros pecados, según Coleman, son "tener un aliento atroz y, desde el principio, sincronizar el beso con otras maniobras de excitación demasiado bruscas".
En concreto, durante un beso se ponen en acción más de 30 músculos faciales. "Los labios, el interior de la boca y la lengua son de las zonas más exquisitamente sensibles del cuerpo humano", dicen en el Instituto Kinsey para la Investigación sobre la Sexualidad. Cinco de los doce nervios craneales que afectan a las funciones cerebrales intervienen en el beso erótico y debido a las conexiones neuronales de labios, lengua y mejilla con el cerebro, un beso permite detectar en la otra persona muchos datos, entre ellos la temperatura, el gusto y el olor, entre otros datos muy interesantes.
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