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EL ARTE DE LA ESTRATEGIA

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De Mello

Pensamiento de Occidente > Am�rica

Son cuentos muy breves que encierran siempre un mensaje, a veces misterioso, otras veces sabio, algunas veces irritantes, en ocasiones con dosis de humor y hasta absolutamente absurdo, pero siempre te dejan pensando, y eso es lo bueno. Este libro lo escribi� un sacerdote jesuita en el a�o 1985 que vivi� muchos a�os en la India, el titulo original en ingl�s es One minute wisdom. Esta copia no es completa, sino un extracto de las mejores partes seg�n mi parecer . El autor tiene muchos m�s libros editados, en caso que le interese conseguir mas sobre su bibliograf�a. El mismo autor dice: El maestro que aparece en estos cuentos no es una sola persona. Es un gur� hind�, un roshi zen, un sabio tao�sta, un rabino jud�o, un monje cristiano, un m�stico suf�... Es a la vez Lao tse y S�crates, Buda y Jes�s, Zaratustra y Mahoma.



�Existe eso que se llama "Un minuto de sabidur�a"?.
Por supuesto que existe, replic� el maestro.
Pero un minuto �no es demasiado breve?.
No, es cincuenta y nueve segundos demasiado largo.




Milagros

Un hombre recorri� medio mundo para comprobar por s� mismo la extraordinaria fama de que gozaba el Maestro."�Qu� milagros ha realizado tu Maestro?", le pregunt� a un disc�pulo. "Bueno, ver�s... , hay milagros y milagros. En tu pa�s se considera un milagro el que Dios haga la voluntad de alguien. Entre nosotros se considera un milagro el que alguien haga la voluntad de Dios".

Sensibilidad

�C�mo puedo yo experimentar mi unidad con la creaci�n? Escuchando, respondi� el Maestro. �Y c�mo he de escuchar? Siendo un o�do que presta atenci�n a la cosa m�s m�nima que el universo nunca deja de decir. En el momento que oigas algo que t� mismo est�s diciendo, detente.

Vigilancia

�Hay algo que yo pueda hacer para llegar a la iluminaci�n? Tan poco como lo que puedes hacer para que amanezca por las ma�anas. Entonces, �para qu� valen los ejercicios espirituales que t� mismo recomiendas? Para estar seguro de que no est�is dormidos cuando el sol comienza a salir.

Presencia

�D�nde debo buscar la iluminaci�n?.
Aqu�.
�Y cu�ndo tendr� lugar?.
Est� teniendo lugar ahora mismo.
Entonces, �por qu� no la siento?.
Porque no miras.
�Y en que debo fijarme?.
En nada. Simplemente mira.
Mirar �qu�?.
Cualquier cosa en la que se posen tus ojos.
�Y debo mirar de alguna manera especial?.
No. Bastar� con que mires normalmente.
Pero �es que no miro siempre normalmente?.
No.
�Por qu� demonios...?
Porque para mirar tienes que estar aqu�, y casi siempre no lo est�s.

Interioridad

El disc�pulo quer�a un sabio consejo. Ve, si�ntate en tu celda, y tu celda te ense�ar� la sabidur�a, le dijo el Maestro. Pero si yo no tengo ninguna celda... Si yo no soy monje... Naturalmente que tienes una celda. Mira dentro de ti.

Carisma

El disc�pulo era jud�o. �Qu� es lo que debo hacer para ser aceptable a Dios?, pregunt�. �Y c�mo voy a saberlo yo? Respondi� el Maestro. T� Biblia dice que Abraham practicaba la hospitalidad y que Dios estaba con �l. Que a El�as le encantaba orar y que Dios estaba con �l. Que David gobernaba un reino y que Dios tambi�n estaba con �l. �Y tengo yo alguna forma de saber cu�l es la tarea que se me ha asignado? S�. Trata de averiguar cu�l es la m�s profunda inclinaci�n de tu coraz�n, y s�guela.

Armon�a

A pesar de su tradicional proceder, el Maestro no sent�a un excesivo respeto por las normas y las tradiciones. En cierta ocasi�n surgi� una disputa entre un disc�pulo y su hija, porque aqu�l insist�a en que �sta se ajustara a las normas de su religi�n para elegir a su futuro marido. El maestro se puso inequ�vocamente del lado de la muchacha. Cuando el disc�pulo le manifest� la sorpresa que le produc�a el que un santo actuara de aquella manera, el Maestro le dijo: Debes comprender que, al igual que la m�sica, la vida est� hecha de sentimiento y de instinto, m�s que de normas.

Ofuscaci�n

�C�mo alcanzar� la vida eterna? Ya es la vida eterna. Entra en el presente. Pero ya estoy en el presente... �o no? No. �Por qu� no? Porque no has renunciado al pasado. �Y por qu� iba a renunciar a mi pasado?. No todo el pasado es malo... No hay que renunciar al pasado porque sea malo, sino porque est� muerto.

Ignorancia

El joven disc�pulo era tan prodigioso que acud�an a solicitar su consejo intelectuales de todas partes, los cuales quedaban maravillados de su erudici�n. Cuando el Gobernador andaba buscando un consejero, fue a ver al Maestro y le dijo: Dime, �es verdad que ese joven sabe tanto como dicen? A decir verdad, replic� el Maestro con iron�a, el tipo lee tanto que yo no s� c�mo puede encontrar tiempo para saber algo.

Mitos

El Maestro impart�a su doctrina en forma de par�bolas y de cuentos que sus disc�pulos escuchaban con verdadero deleite, aunque a veces tambi�n con frustraci�n, porque sent�an necesidad de algo m�s profundo. Esto le tra�a sin cuidado al Maestro, que a todas las objeciones respond�a: Todav�a ten�is que comprender, queridos, que la distancia m�s corta entre el hombre y la verdad es un cuento.

Hablar

El disc�pulo no pod�a reprimir las ganas que ten�a de contarle al Maestro el rumor que hab�a o�do en el mercado. Aguarda un minuto, dijo el Maestro. Lo que piensas contarnos �es verdad? No lo creo... �Es �til? No, no lo es. �Es divertido? No. Entonces, �por qu� tenemos que o�rlo?.

Movimiento

A unos disc�pulos que no dejaban de insistirle en que les dijera palabras de sabidur�a, el Maestro les dijo: La sabidur�a no se expresa en palabras, sino que se revela en la acci�n. Pero cuando les vio metidos en la actividad hasta las cejas solt� una carcajada y dijo: Eso no es acci�n. Es movimiento.

Veneraci�n

A un disc�pulo que se mostraba excesivamente respetuoso le dijo el Maestro: Si la luz se refleja en la pared, �por qu� veneras la pared?. Intenta prestar atenci�n a la luz.

Transformaci�n

A un disc�pulo que siempre estaba quej�ndose de los dem�s le dijo el Maestro: Si es paz lo que buscas, trata de cambiarte a ti mismo, no a los dem�s. Es m�s f�cil calzarse unas zapatillas que alfombrar toda la tierra.

Reacci�n

Le preguntaron al Maestro qu� criterio segu�a para escoger a sus disc�pulos. Y el Maestro dijo: Me comporto de una manera sumisa y humilde. A los que reaccionan con arrogancia ante mi humildad los rechazo inmediatamente. Y a los que me veneran por mi comportamiento humilde los rechazo con la misma rapidez.

Discipulado

A un visitante que solicitaba hacerse disc�pulo suyo le dijo el Maestro: Puedes vivir conmigo, pero no hacerte seguidor m�o. �Y a qui�n he de seguir, entonces? A nadie. El d�a en que sigas a alguien habr�s dejado de seguir a la Verdad.

Ceguera

�Puedo ser tu disc�pulo? Tan s�lo eres disc�pulo porque tus ojos est�n cerrados. El d�a que los abras ver�s que no hay nada que puedas aprender de m� ni de ning�n otro. Entonces, �para qu� necesito un Maestro? Para hacerte ver la inutilidad de tenerlo.

Llegada

�Es dif�cil o f�cil el camino hacia la iluminaci�n? Ni dif�cil ni f�cil. �C�mo es eso? No existe tal camino. Entonces, �c�mo se va hacia la meta?. No se va. Se trata de un viaje sin distancia. Deja de viajar y habr�s llegado.

Retirada

�C�mo puedo ayudar al mundo? Comprendi�ndolo, replic� el Maestro. �Y c�mo puedo comprenderlo? Apart�ndote de �l. Pero, entonces, �c�mo voy a servir a la humanidad? Comprendi�ndote a ti mismo.

C�lculo

El Maestro sol�a re�rse abiertamente de aquellos de sus disc�pulos que deliberaban interminablemente antes de decidirse a hacer algo. �l lo expresaba del siguiente modo: Las personas que deliberan exhaustivamente antes de dar un paso se pasan la vida sobre una sola pierna.

Revoluci�n

En el monasterio hab�a una serie de reglas, pero el Maestro no dejaba de prevenir contra la tiran�a de la ley. La obediencia observa las reglas, sol�a decir el Maestro, pero el amor sabe muy bien cuando debe romperlas.

Anteojeras

Si te empe�as en que yo tenga autoridad sobre ti, le dec�a el Maestro a un candoroso disc�pulo, te haces da�o a ti mismo, porque te niegas a ver las cosas por ti mismo. Y, tras una pausa, a�adi� apaciblemente: Y tambi�n me haces da�o a m�, porque t� niegas a verme como soy.

Humildad


A un visitante que a s� mismo se defin�a como "buscador de la Verdad" le dijo el Maestro: Si lo que buscas es la Verdad, hay algo que es preciso que tengas por encima de todo. Ya lo s�: una irresistible pasi�n por ella. No. Una incesante disposici�n a reconocer que puedes estar equivocado.

Aceptaci�n

�C�mo podr�a ser yo un gran hombre...como t�? �Y por qu� ser un gran hombre?, dijo el Maestro. Ser simplemente un hombre ya es un logro bastante grande.

Incongruencia

Todas las preguntas que se suscitaron aquel d�a en la reuni�n p�blica estaban referidas a la vida m�s all� de la muerte. El Maestro se limitaba a sonre�r sin dar una sola respuesta. Cuando, m�s tarde. Los disc�pulos le preguntaron por qu� se hab�a mostrado tan evasivo, �l replico: �no hab�is observado que los que no saben qu� hacer con esta vida son precisamente los que m�s desean otra vida que dure eternamente? Pero �hay vida despu�s de la muerte o no la hay?, insisti� un disc�pulo. �Hay vida antes de la muerte? �Esta es la cuesti�n!. Replico enigm�ticamente el Maestro.

Inversi�n

�C�mo puedo librarme del miedo? �C�mo puedes librarte de aquello a lo que te aferras? �Pretendes acaso insinuar que en realidad me aferro a mis propios miedos?. No puedo estar de acuerdo con eso. Piensa qu� es aquello de lo que tu miedo te protege y estar�s de acuerdo. Y podr�s ver adem�s tu insensatez.

Entusiasmo

A una mujer que se quejaba de que las riquezas no hab�an conseguido hacerla feliz le dijo el Maestro: Hablas como si el lujo y el confort fueran ingredientes de la felicidad, cuando, de hecho, lo �nico que necesitas para ser realmente feliz, querida, es algo por lo que entusiasmarse.

Liberaci�n

�C�mo puedo alcanzar la liberaci�n? Intenta descubrir qui�n te tiene atado, respondi� el Maestro. El disc�pulo regres� al cabo de una semana y dijo: Nadie me tiene atado. Este fue el momento de iluminaci�n para el disc�pulo, que de pronto qued� libre.

Doctrina

A un visitante que aseguraba no tener necesidad de buscar la Verdad, por que ya la ten�a en las creencias de su religi�n, le dijo el Maestro: Hab�a una vez un estudiante que nunca lleg� a convertirse en un matem�tico, porque cre�a ciegamente en las respuestas que aparec�an en las �ltimas p�ginas de su texto de matem�ticas; ... y aunque parezca parad�jico, las respuestas eran las correctas.

Creencia

El Maestro hab�a citado a Arist�teles: En la b�squeda de la verdad, parece mejor, y hasta necesario, renunciar a lo que nos es m�s querido. El Maestro sustituy� la palabra "verdad" por la palabra "Dios". M�s tarde le dijo un disc�pulo: En m� b�squeda de Dios estoy dispuesto a renunciar a todo: A la riqueza, a los amigos, a la familia, a mi pa�s y hasta a mi propia vida. �Puede una persona renunciar a algo m�s?. El Maestro respondi� con toda calma: S�. A sus creencias sobre Dios. El disc�pulo se march� entristecido, porque estaba muy apegado a sus convicciones. Ten�a m�s miedo a la "ignorancia" que a la muerte.

Inadoctrinamiento

�Qu� es lo que ense�a vuestro Maestro?, preguntaba un visitante. Nada, respondi� el disc�pulo. Entonces, �por qu� pronuncia discursos? Lo �nico que hace es indicar el camino, pero no ense�a nada. Al visitante, aquello le resultaba incomprensible, de modo que el disc�pulo se lo explic�: Si el Maestro ense�ara, nosotros convertir�amos sus ense�anzas en creencias. Pero al Maestro no le interesa lo que creemos, sino �nicamente lo que vemos.

Desvelamiento

Un d�a pregunt� el Maestro: En vuestra opini�n, �cu�l es la pregunta religiosa m�s importante?
A modo de respuesta, escuch� muchas preguntas:
�Existe Dios?, �Qui�n es Dios?, �Cu�l es el camino hacia Dios?,
�Hay vida despu�s de la muerte?

No; dijo el Maestro, la pregunta m�s importante es: �Qui�n soy yo?

Los disc�pulos se hicieron alguna idea de lo que el Maestro quer�a insinuar cuando, le oyeron hablar con un predicador.

Maestro: As� pues, seg�n t�, cuando hayas muerto tu alma estar� en el cielo, �no es as�?
Predicador: Si, as� es.
Maestro: �Y tu cuerpo estar� en la tumba... ?
Predicador: Exactamente.
Maestro: �Y d�nde, si me permites la pregunta, estar�s t�?.

Vac�o

En ocasiones los ruidosos visitantes ocasionaban un verdadero alboroto que acababa con el silencio del monasterio. Aquello molestaba bastante a los disc�pulos; no as� al Maestro, que parec�a estar tan contento con el ruido como con el silencio. Un d�a, ante las protestas de los disc�pulos, les dijo: El silencio no es la ausencia de sonido, sino la ausencia de ego.

Empobrecimiento

A un disc�pulo que ven�a de un lejano pa�s le pregunt� el Maestro: �Qu� andas buscando?. La iluminaci�n. T� ya tienes tu propio tesoro. �Por qu� buscas en otra parte? �D�nde est� mi tesoro? En esa misma b�squeda que ha florecido en ti. En aquel momento el disc�pulo qued� iluminado. A�os m�s tarde dir�a a sus amigos: Abrid vuestro tesoro y disfrutad de sus riquezas

Palabras

Los disc�pulos estaban enzarzados en una discusi�n sobre la sentencia de Lao Tse:

Los que saben no hablan; Los que hablan no saben.

Cuando el Maestro entr� donde aquellos estaban, le preguntaron cu�l era el significado exacto de aquellas palabras. El Maestro les dijo: �Qui�n de vosotros conoce la fragancia de la rosa? Todos la conoc�an. Entonces les dijo: Expresadlo con palabras. Y todos guardaron silencio.

Disciplina

A los disc�pulos que deseaban saber que clase de meditaci�n practicaba �l todas las ma�anas en el jard�n les dijo el Maestro: Si observo con atenci�n, veo el rosal en plena floraci�n. �Y por qu� hay que observar con atenci�n para ver el rosal?, preguntaron ellos. Para ver el rosal, dijo el Maestro, y no la idea preconcebida que uno tiene del rosal.

Juzgar

�Qu� he de hacer para perdonar a otros? Si no condenaras a nadie, Nunca tendr�as necesidad de perdonar.

Experiencia

Convencido de la experiencia m�stica del Maestro, el rector de una prestigiosa Universidad quiso hacerle jefe del Departamento de Teolog�a. Para ello entr� en contacto con el m�s destacado de los disc�pulos del Maestro, el cual le dijo: El maestro insiste en la necesidad de ser iluminado, no en ense�ar la iluminaci�n. �Y qu� es lo que puede impedirle ser jefe del Departamento de Teolog�a?. Lo mismo que le impedir�a a un elefante ser jefe del Departamento de Zoolog�a.

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A no ser que estuviera uno dotado de una especial perspicacia, no hab�a nada en el Maestro que pudiera considerarse fuera de lo ordinario. Si las circunstancias no eran para menos, el Maestro pod�a asustarse y deprimirse. Pod�a re�r, llorar y encolerizarse. Disfrutaba con la buena comida, no le hac�a ascos a un par de copas en incluso se sab�a que era capaz de volver la cabeza al paso de una mujer bonita.

En cierta ocasi�n, un visitante se lamentaba que el Maestro no era un "hombre santo" a lo cual un disc�pulo replic�:

"Una cosa es que un hombre sea santo, y otra muy distinta que a ti te parezca santo".

Cultivo

Un forastero que andaba en busca de las cosas divinas le pregunt� al Maestro c�mo podr�a, cuando regresara a su pa�s, distinguir entre un verdadero Maestro y uno falso.
El Maestro le dijo: el bueno propone pr�cticas, el mal maestro propone teor�as.

Pero �c�mo podr� distinguir entre una pr�ctica buena y una mala?
Del mismo modo que un agricultor distingue entre un cultivo bueno y un cultivo malo.

Transitoriedad

El Maestro sent�a alergia hacia aquellas personas que prolongaban excesivamente su estancia en el monasterio. M�s tarde o m�s temprano, todos los disc�pulos o�an de sus labios las temidas palabras: Ha llegado el momento de que te vayas. Si no lo haces el esp�ritu no vendr� a ti. Un disc�pulo especialmente reacio a marchar quiso saber qu� era ese "Esp�ritu". Y el Maestro le dijo: El agua s�lo se mantiene viva y libre si fluye. T� s�lo permanecer�s vivo y libre si te marchas. Si no huyes de m�, te estancaras y morir�s... contaminado.

Enga�o

�C�mo podemos distinguir entre el verdadero y el falso m�stico?, preguntaron unos disc�pulos desmedidamente interesados por lo misterioso y lo oculto. �C�mo pod�is distinguir entre el que duerme de verdad y el que finge dormir?, replic� el Maestro. No hay manera de distinguirlos. S�lo el durmiente sabe cu�ndo est� fingiendo, dijeron los disc�pulos. El Maestro sonri�. M�s tarde dijo: El que finge dormir puede enga�ar a otros, pero no a s� mismo. Desgraciadamente, el falso m�stico puede enga�ar tanto a los dem�s como a s� mismo.

Evasi�n

Un visitante refer�a la historia de un santo que quer�a ir a visitar a un amigo suyo que estaba agonizando; pero, como le daba miedo viajar de noche, le dijo al sol: En nombre de Dios te ordeno que permanezcas en el cielo hasta que llegue yo a la aldea donde mi amigo agoniza. Y el sol se detuvo en el cielo hasta que el santo lleg� a la aldea. El maestro sonri� y dijo: �No habr�a sido mejor que el santo hubiera vencido su miedo a viajar de noche?.

Serenidad

�Existe alguna forma de medir las propias fuerzas espirituales? Muchas. Dinos tan s�lo una. Tratad de averiguar con que frecuencia perd�is la calma a lo largo de un solo d�a.

Imbecilidad

Cuando se le preguntaba por su iluminaci�n, el Maestro siempre se mostraba reservado, aunque los disc�pulos intentaban por todos los medios hacerle hablar. Todo lo que sab�an al respecto era lo que en cierta ocasi�n dijo el Maestro a su hijo m�s joven, el cual quer�a saber c�mo se hab�a sentido su padre cuando obtuvo la iluminaci�n. La respuesta fue: "Como un imb�cil".

Cuando el muchacho quiso saber por que, el Maestro le respondi�: Bueno, veras..., fue algo as� como hacer grandes esfuerzos por penetrar en una casa escalando un muro y rompiendo una ventana... y darse cuenta despu�s de que estaba abierta la puerta.

Desarrollo

A un disc�pulo que se lamentaba de sus limitaciones le dijo el maestro: Naturalmente que eres limitado. Pero �no has ca�do en la cuenta de que hoy puedes hacer cosas que hace quince a�os te habr�an sido imposibles? �Qu� es lo que ha cambiado?. Han cambiado mis talentos. No. Has cambiado t�. �Y no es lo mismo? No. T� eres lo que t� piensas que eres. Cuando cambia tu forma de pensar, cambias t�.

Distancia

El propietario del parque de atracciones hablaba de la iron�a que supon�a el hecho de que, mientras los ni�os lo pasaban en grande en su parque, �l sol�a estar, por lo general, deprimido. �Qu� preferir�as: ser un propietario de parque o divertirte?, le pregunto el Maestro. Ambas cosas respondi�. El Maestro no dijo una palabra m�s. Cuando, m�s tarde, le preguntaron a este respecto, el Maestro se limit� a citar las palabras que un vagabundo le hab�a dirigido a un rico terrateniente: T� posee la propiedad. Otros disfrutan del paisaje.

Oposici�n

A un individuo dotado de aut�ntico esp�ritu emprendedor, pero al que desalentaban las frecuentes cr�ticas que se le hac�an, le dijo el Maestro: Escucha las palabras del cr�tico, que te revelar�n lo que tus amigos tratan de ocultarte. Y a�adi�: Pero no te dejes abrumar por lo que el cr�tico diga. Nunca se ha erigido una estatua en homenaje a un cr�tico. Las estatuas son para los criticados.

Definiciones

El Maestro sent�a una fascinaci�n casi pueril por los inventos modernos. Y el d�a en que por primera vez vio una calculadora de bolsillo apenas pod�a reponerse de su asombro. M�s tarde, y en un tono muy afable, dijo: Parece que hay mucha gente que posee una de esas calculadoras, pero que no tiene en sus bolsillos nada que merezca la pena calcular. Cuando, unas semanas m�s tarde, un visitante pregunt� al Maestro qu� era lo que ense�aba a sus disc�pulos, el Maestro le respondi�: Les ense�o a establecer correctamente el orden de prioridades: es mejor tener dinero que calcularlo; es mejor tener la experiencia que definirla.

Opresi�n

El Maestro siempre permit�a que cada cual creciera a su propio ritmo. Que se sepa, nunca pretendi� "presionar" a nadie. Y �l mismo lo explicaba con la siguiente par�bola.

"Una vez, al observar un hombre como una mariposa

luchaba por salir de su capullo, con demasiada lentitud

para su gusto, trat� de ayudarla soplando delicadamente.

Y en efecto, el calor de su aliento sirvi� para acelerar el proceso.

Pero lo que sali� del capullo no fue una mariposa,

sino una criatura con las alas destrozadas.

Cuando se trata de crecer, concluy� el Maestro, no se puede acelerar el proceso, porque lo �nico que puede conseguirse es abortarlo.

Grandeza

Lo malo de este mundo, dijo el Maestro tras suspirar hondamente, es que los seres humanos se resisten a crecer. �Cu�ndo puede decirse de una persona que ha crecido?, pregunt� un disc�pulo. El d�a en que no haga falta mentirle acerca de nada en absoluto.

Extravagancia

Cierto d�a, los disc�pulos quisieron saber cu�l era la clase de persona m�s indicada para el discipulado. Y el Maestro les dijo: Aquella persona que, poseyendo �nicamente dos camisas, vende una y con el dinero que adquiere compra una flor.

Manifestaci�n

Cuando llegaba un nuevo disc�pulo, este era el "catecismo" a que sol�a someterle el Maestro.

�Sabes qui�n es la �nica persona que no habr� de abandonarte jam�s en tu vida? �Qui�n? T�.

�Y sabes qui�n tiene la respuesta a cualquier pregunta que puedas hacerte?. �Qui�n? T�.

�Y puedes adivinar qui�n tiene la soluci�n a todos y cada uno de tus problemas? Me rindo... T�.

Inocencia

Durante una excursi�n dijo el maestro �Quer�is saber como es la vida iluminada?. Fijaos en aquellos p�jaros que vuelan sobre el lago. Y mientras todos miraban hacia donde �l hab�a indicado, exclam� el Maestro: Los p�jaros proyectan sobre el agua un reflejo del que ellos no tienen conciencia alguna... y que el lago no trata de retener.

Arte

�Para que sirve un Maestro?, pregunt� alguien. Y un disc�pulo respondi�: Para ense�arte lo que siempre has sabido; para mostrarte lo que siempre has estado mirando. Y como la respuesta dej� perplejo al visitante, a�adi� el disc�pulo: Con sus pinturas, un artista me ense�� a ver la puesta del sol. Con sus ense�anzas, el Maestro me ha ense�ado a ver la realidad de cada momento.

Sospecha

A un viajero que preguntaba como podr�a distinguir entre un maestro verdadero y uno falso, le respondi� lac�nicamente el Maestro: Si t� mismo no eres enga�oso, no ser�s enga�ado. M�s tarde les dijo el Maestro a los disc�pulados: �Por qu� ser� que los que buscan dan por supuesto que ellos son sinceros y que lo �nico que necesitan es el modo de detectar el fraude en los Maestros?.

Proporci�n

A un visitante que hab�a acudido esperando encontrarse con algo fuera de lo normal le defraudaron las triviales palabras que el Maestro le hab�a dirigido. Hab�a venido aqu� buscando a un Maestro, le dijo a un disc�pulo, y todo lo que he encontrado ha sido un ser humano que no se diferencia de los dem�s. Y el disc�pulo le replic�: El Maestro es un zapatero con unas infinitas provisiones de cuero. Pero lo corta y lo cose de acuerdo con las dimensiones de tu pie.

Exhibici�n

Cuando uno de los disc�pulos anunci� su prop�sito de ense�ar a otros la Verdad, el Maestro le propuso una prueba: Pronuncia un discurso en mi presencia para que yo pueda juzgar si estas preparado. El discurso fue realmente inspirado, y al acabar se acerc� un mendigo al orador, que se puso en pie y regal� su capa al mendigo para edificaci�n de la asamblea. M�s tarde le dijo el Maestro: Tus palabras estuvieron llenas de unci�n, hijo m�o, pero a�n no est�s preparado. �Por qu�?, pregunt� desilusionado el disc�pulo. Por dos razones: porque no has dado al mendigo la oportunidad de expresar sus necesidades y porque no has superado el deseo de impresionar a los dem�s con tu virtud.

Superioridad

Un disc�pulo oriental que se sent�a orgulloso de lo que �l consideraba que era espiritualidad de Oriente, fue al Maestro y le dijo: �A qu� se debe el que Occidente disfrute del progreso material y Oriente posea la espiritualidad?. Se debe, respondi� lac�nicamente el Maestro, a que, cuando, al comienzo de los tiempos, lleg� el momento de repartir las provisiones para este mundo, a Occidente le toc� elegir primero.

Alegr�a

De acuerdo con su doctrina de que nada deb�a ser tomado demasiado en serio, ni siquiera sus propias ense�anzas, al Maestro le gustaba contar la siguiente an�cdota acerca de s� mismo: Mi primer disc�pulo era tan d�bil que los ejercicios acabaron con su vida. Mi segundo disc�pulo se volvi� loco por el fervor con que practicaba los ejercicios que yo le ense�aba. Mi tercer disc�pulo vio c�mo se le embota el entendimiento por el exceso de contemplaci�n. Pero el cuarto disc�pulo consigui� conservar la cordura. �Y c�mo lo logr�?, sol�a preguntar alguien invariablemente. Posiblemente porque fue el �nico que se neg� a realizar los ejercicios. Y una un�nime carcajada sol�a acoger las palabras del Maestro.

Intrepidez

�Qu� es el amor?
La ausencia total de miedo, le dijo el Maestro.
�Y qu� es a lo que tenemos miedo?
Al amor, respondi� el Maestro.

Humanidad

La conferencia que el Maestro iba a pronunciar sobre LA DESTRUCCION DEL MUNDO hab�a sido profusamente anunciada, y fue mucha la gente que acudi� a los jardines del monasterio para escucharle.
La conferencia concluy� en menos de un minuto. Todo lo que el Maestro dijo fue:

Estas son las cosas que acabar�n con la raza humana:

La pol�tica sin principios.
El progreso sin compasi�n.
La riqueza sin esfuerzo.
La erudici�n sin silencio.
La religi�n sin riesgo.
el culto sin consciencia".


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