Si encontráis a un hombre virtuoso y bueno, no lo apartéis de vosotros; honradlo para que no tenga que huir de vosotros y refugiarse en desiertos o cavernas u otros lugares solitarios, lejos de vuestras insidias; miradlos como a dioses terrestres, merecedores de estatuas y simulacros.
Leonardo Da Vinci. El hombre de Vitruvio
En el número de los tontos, hay una secta de hipócritas que se dedican continuamente a engañarse a sí mismos y a engañar a los otros, más a los otros que a sí mismos, aunque de hecho se engañan más a sí mismos que a los otros. Y son éstos los que reprenden a los pintores, porque estudian los días de fiesta cosas atingentes al verdadero conocimiento de todas las figuras con que se muestran las obras de la naturaleza y, solícitamente, se ingenian en adquirir ese conocimiento hasta donde les es posible.
El hombre posee gran razonamiento, pero en su mayor parte vano y falso; los animales lo tienen menor, pero útil y verídico, y más vale una pequeña certeza que un gran engaño.
No me parece que los hombres groseros, de costumbres bajas y de poco ingenio, merezcan tan bello organismo ni tal variedad de rodajes como los hombres especulativos y de gran talento. Los primeros no son más que un saco a donde entra y de donde sale lo que comen, pues nada me prueba que participen de la naturaleza humana, salvo en la voz y en la figura; en todo lo demás son bastante semejantes a las bestias. Debiera llamárseles fabricantes de estiércol y rellenadores de letrinas, porque no es otro su oficio en el mundo. Ninguna virtud ponen en práctica. Letrinas llenas, es todo lo que queda de su paso por la Tierra.
Leonardo Da Vinci. Gioconda
El hombre es víctima de una soberana demencia que le hace sufrir siempre, en la esperanza de no sufrir más; y la vida le escapa mientras espera gozar de los bienes que ha adquirido al precio de grandes esfuerzos.
Los ambiciosos que no se contentan con el beneficio de la vida y la belleza del mundo, tienen por castigo el no comprender la vida y el quedar insensibles a la utilidad y belleza del universo.
La sabiduría es hija de la experiencia.
Como un día bien empleado procura un dulce sueño, así una vida bien utilizada conduce a una dulce muerte.
Cuántos emperadores y príncipes han pasado sin dejar recuerdo. Sólo se propusieron conquistar Estados y riquezas para que les sobreviviera su memoria. Cuántos, al contrario, vivieron pobres de dinero, para poder adquirir virtudes: y su deseo se ha cumplido en tanto cuanto la virtud sobrepasa a la riqueza.
Leonardo Da Vinci. Madonna
Debes reprender en secreto a tu amigo y alabarlo en público.
Pide consejo al que sabe corregirse a sí mismo.
El mal que no me perjudica es como el bien que no me aprovecha.
No reneguemos del pasado.
Las amenazas sólo son armas para el amenazado.
Quien no castiga el mal ordena que se haga.
El que pretende enriquecerse en un día, se verá apremiado durante un año.
He aquí una cosa que cuanto más se necesita menos se estima: el consejo.
Mal haces si alabas, y peor si reprendes una cosa que no entiendes bien.
La justicia requiere poder, inteligencia y voluntad, y se asemeja al águila.
No existe mayor ni menor señorío que el sí mismo.
Se expone a daños quien se gobierna por el consejo de los jóvenes.
Donde entra la ventura, la envidia le pone asedio y la combate. Cuándo nos abandona, nos deja el dolor y el arrepentimiento.
Quien no estima la vida no la merece.
Cosa bella mortal pasa y no dura.
La hiedra tiene larga vida.
Fuente: Aforismos. Leonardo Da Vinci Descargar extracto |