En ocasiones vemos actores que no parecen muy convincentes, ¿verdad? Es como si se acabasen de aprender el papel apenas un par de minutos antes, y por lo tanto lo recitan de forma mecánica, haciendo que te des cuenta de que están intentando recordar las palabras que tienen que decir.
Las 7 leyes de la seducción
Sin embargo, los grandes actores y las grandes consiguen que te introduzcas en la historia que están contando sin que seas consciente de ello: te están seduciendo. Tú aprenderás a representar tú papel con absoluta perfección, ¿y sabes por qué? Porque serás tú mismo. Pero para ser tú mismo, tienes que demostrar a los demás el valor que realmente tienes y eso es lo empezarás a conseguir si sigues los consejos de la Tercera Ley de Seducción: "La gente que no escucha a los demás nunca consigue ser escuchada".
Una cosa es que la gente nos oiga y otra bien distinta el que nos escuche. Es necesario que el interés de nuestros interlocutores hacia nosotros se vea acrecentando. La Tercera Ley de la Seducción nos enseña a encontrar los caminos que conducen a los corazones y las mentes de los demás, es decir, hacia sus sentimientos y sus emociones. Si los demás no nos perciben como personas valiosas, lo primero que harán será cerrar esos caminos. Sólo les pereceremos fiables si ven que prestamos atención a lo que más valoran en este mundo: ellos mismos. Por lo tanto, aprendemos a escuchar, no sólo las palabras, sino lo que éstas contienen: emociones y razones.
Bien, ya hemos visto que tenemos que ser cautos a la hora de entregarnos a los demás (Primera Ley de Seducción) que debemos construir cuidadosamente la imagen que queremos proyectar en los demás (Segunda Ley de Seducción) y que si no escuchamos a los demás, nos cerrarán el camino hacia sus corazones y sus mentes (Tercera Ley de Seducción).
Estas tres primeras leyes de Seducción forman un grupo al que yo llamo "La Alfombra Roja", porque recuerda el paseo espectacular de las estrellas de cine en los estrenos, siempre bajo la deslumbrante luz de los focos de los flashes de los fotógrafos, desde que descienden de las limusinas hasta que entran en el cine donde va a tener lugar el estreno de la película.
Las tres siguientes leyes de Seducción contemplan otros escenarios que paso a comentarte a continuación
Cuarta Ley de Seducción: "Si hace feliz a una persona, te lo agradecerá durante algún tiempo. Si consigues que vea que es feliz gracias a ti, te lo agradecerá toda la vida". Esta ley introduce un par de gotas de egoísmo. De nada nos vale conseguir nuestros objetivos si obtenemos la debida retribución por el éxito obtenido.
Si tu verdadero objetivo es obtener el agradecimiento de la otra persona y solamente eso, puedes considerar que tu acción ha sido coronada por el éxito. Pero si tu objetivo, además del agradecimiento, era obtener algo más, será mejor que te sinceres. Recuerda que todo placer es más intenso si se comparte. Ahora bien, los placeres no son eternos, y por eso deberás tener muy en cuenta la siguiente Ley de Seducción.
Quinta Ley de Seducción: "Si el placer dura demasiado, se agota y desaparece. Con la felicidad sucede lo mismo: termina por convertirse en rutina. Administra con sabiduría el uno y la otra". Las personas que no saben seducir (y que de paso, culpan de sus fracasos a los demás) suelen creer que la seducción consiste únicamente en mantener un comportamiento astuto, algo así como si se plantease una operación estratégica para la guerra. Esta forma de ver las cosas supone un gran error, y además denota una notable falta de imaginación. No sólo las sensaciones, sino los mismos sentimientos, exigen la aplicación de creatividad.
Las personas que no son creativas resultan incapaces a la hora de seducir a los demás, porque no pueden aportarles nada nuevo. Piensa: ¿qué es lo que hoy puedo ofrecer a la persona a la que he empezado a seducir? Y sobre todo: ¿y mañana?
Sexta Ley de Seducción: "No se puede ser feliz sin libertad. Por mucho que la seducción que ejerces haga feliz a la otra persona, si no le dejas un buen margen de libertad, esa persona no se sentirá en un paraíso, sino en un cárcel".
Dicen que es mucho más valiosa una libertad moderadamente arriesgada que una servidumbre tranquila. Pero lo cierto es que aunque todo el mundo comprende y asume el concepto de libertad, cada uno de nosotros tiene una idea distinta acerca cuánto es el margen razonable de libertad con el que nos sentimos cómodos. Para averiguar cuál es ese margen par ala otra persona, ten siempre presente la Tercera Ley de Seducción ("La gente que no escucha a los demás nunca consigue ser escuchada"). Como guía general, la mayor parte de nosotros nos sentimos libres cuando hacemos lo que somos capaces de hacer y además nos gusta lo que hacemos.
Acabamos de ver que hay que tener claros cuáles son nuestros objetivos (Cuarta Ley de Seducción), que necesitamos administrar la felicidad con sabiduría (Quinta Ley de Seducción) y que no debemos pasar por alto el conocimiento del grado de libertad con el que los demás se sentirán a gusto (Sexta Ley de Seducción).
Al conjunto de estas tres leyes les llamo "Recompensa Mutua" porque los efectos de sus respectivas aplicaciones producen efectos beneficiosos tanto en la persona seductora como en la seducida.
Te habrás dado cuenta de que no he reflejado la Ley de Seducción número 7. Lo he hecho así porque su se escribe, pierde su poder mágico. Sólo puede ser albergada en el corazón. El entrenamiento en el uso práctico de estas leyes hará que cada vez contemos con una mayor fuerza persuasiva, y que ciertamente nos rodeemos de una aureola de seguridad que hará que los demás se sientan más confiados y a gusto. De esta forma, sentiremos una mayor seguridad en nuestras relaciones con los demás, y no sólo con los amigos, sino incluso con aquellas personas con las que no es fácil tratar, y eso es lo que viene a continuación.
Las 7 leyes de la seducción
ANEXO: MANUAL URGENTE DE COMUNICACIÓN
1. Causemos una buena impresión.
Se suele decir que cuando te encuentras a una persona por primera vez, es la última oportunidad que tendrás para causarle una buena impresión.
La verdad es que es bastante posible que volvamos a tener más oportunidades de causar una buena impresión tanto a esa persona como a muchas otras más adelante… ¡pero es mucho mejor si conseguimos ese objetivo a la primera!
Empecemos a enfocar este asunto al revés: ¿cómo podríamos causar una mala primera impresión? He aquí algunas sugerencias:
- Ni mirar a la cara de la otra persona. - Mirar a la otra persona como si la estuviéramos examinando. - Ir encogidos. - Mostrarnos con soberbia. - Evitar darle la mano, o darle "sólo los dedos". - Estrechar la mano a la otra persona demasiado fuerte. - Movernos con impaciencia, dando la impresión de que nos gustaría estar en otro sitio y no con la persona que tenemos delante. - Permanecer rígidos como si acabasen de sacarnos del congelador. - Hablar en voz demasiado baja. - Hablar en voz demasiado alta. - No parar de hablar. - No decir nada en absoluto.
Si nos fijamos, todas las situaciones anteriores se encuentran entre dos extremos. O todo o nada. La mayor parte de las personas preferimos los términos medios. Es decir, la normalidad, esa normalidad es eso a lo que la gente se refiere como "naturalidad". Y es gracias a esa naturalidad con lo que conseguiremos caer bien a los demás a la primera.
2. Comunicación verbal: la estructura de los mensajes
La gente cree que los demás están para escucharnos. Es una creencia falsa: la mayor parte de las personas sólo están para escucharse a sí mismas y para ocuparse (y preocuparse) por sus problemas. De modo que si queremos que nos hagan caso, tendremos que hacer algo más que el limitarnos a contarles cosas. Tendremos que llamarles la atención, despertar su interés acerca de lo que les contamos y demostrarles que lo que les decimos es cierto. Es decir, deberemos liderar el proceso de comunicación.
El proceso de ese liderazgo tiene tres fases:
- La captura de la ATENCIÓN. - El estímulo del INTERÉS. - La DEMOSTRACIÓN de lo que decimos es cierto.
A continuación vamos a ver cada una de estas tres fases por separado.
FASE 1: ATENCIÓN
Tengo que llamar la atención de mis interlocutores. Si de entrada no se fijan en mí ¿cómo será posible que les pueda convencerles de nada de lo que digo? Me mostraré amable, pero con determinación, y demostraré esa determinación:
- Hablando con claridad. - Escuchando con atención. - Teniendo muy claro qué es lo que quiero que la otra persona entienda. - Teniendo muy claro qué es lo que no quiero que la otra persona entienda.
No todo el mundo comprende estas sencillas reglas. La parte más importante de la comunicación es la preparación de mi mensaje. Un mismo mensaje puede emitirse de formas muy distintas en función de las personas destinatarias.
Por lo tanto tendré en cuenta aspectos tales como:
- Los filtros culturales (los valores, lenguajes y costumbres de los demás). - Las experiencias que esas personas han tenido en situaciones similares (y por tanto los prejuicios que de antemano puedan tener acerca de lo que digo, por lo cual tengo que enviarles mensajes diferenciados).
Las 7 leyes de la seducción
FASE 2: INTERÉS
Tengo que despertar el interés de mis interlocutores. Si de entrada no se fijan en mí, ¿cómo podré despertar su interés? Para siempre recordaremos que el interés de las personas únicamente se estimula si lo que decimos cumple una o dos de estas condiciones:
- Les reporta un beneficio. - Les soluciona un problema.
Debido a este motivo, tenemos que pensar qué es lo que vamos a decir y precisar claramente el objetivo que queremos alcanzar a través de nuestra comunicación.
FASE 3: DEMOSTRACIÓN
Ahora es cuando llega el momento de demostrar que lo que decimos es cierto. Si pretendemos hacerlo antes de que hayamos captado la atención de los interlocutores, no será más que una pérdida de tiempo. De igual forma, si nos ponemos a intentar demostrar lo acertadas que son nuestras ideas antes de haber despertado su interés, el efecto será sin duda mucho menor.
Nos habremos mostrado menos convincentes. Estas tres fases que acabamos de contemplar (atención, interés y demostración) constituyen las claves esenciales de nuestra estrategia. |